viernes, septiembre 26, 2025

GCEconomics (11): La polémica interminable sobre la eficiencia del gasto bélico




Una política cuestionable
Peseta grande, ande o no ande
Secos de crédito
Conspiradores
Las cábalas de Mussolini
March
Portugal
Los sueños imposibles del doctor Negrín
Dos modelos enfrentados
Dos bandos, dos modelos
La polémica interminable sobre la eficiencia del gasto bélico
Rosario de ventas
De lo necesario, y de lo legal
¿Y si Putin tiene una colección de monedas de puta madre?
La guerra del dinero
Echa el freno, Madaleno
Un mundo sin bancos
“Escuchado en la radio”
El sindiós catalán
Eliodoro de la Torre, el más vasco entre los vascos
Las repúblicas taifas
El general inflación
Bombardeando pasta
Los operadores económicos desconectados
El tema impositivo (y la recapitulación)

 



La Junta de Defensa Nacional impuso, en las primeras semanas de la guerra, un control absoluto sobre las empresas y las industrias, aunque sin poner en cuestión la propiedad privada. Durante toda la guerra, las industrias estuvieron completamente intervenidas, de modo y forma que debían someter a la auditoría gubernamental cualquier cambio en sus estrategias de gestión. Los minerales y sus derivados fueron todos incautados. Eso sí, el franquismo tuvo la inteligencia de entender que aquélla era una medida de guerra y, por lo tanto, la revocó a las pocas horas de terminar la guerra, en lo que fue el primer acto que malquistó a Franco con los falangistas.

jueves, septiembre 25, 2025

GCEconomics (10) Dos bandos, dos modelos




Una política cuestionable
Peseta grande, ande o no ande
Secos de crédito
Conspiradores
Las cábalas de Mussolini
March
Portugal
Los sueños imposibles del doctor Negrín
Dos modelos enfrentados
Dos bandos, dos modelos
La polémica interminable sobre la eficiencia del gasto bélico
Rosario de ventas
De lo necesario, y de lo legal
¿Y si Putin tiene una colección de monedas de puta madre?
La guerra del dinero
Echa el freno, Madaleno
Un mundo sin bancos
“Escuchado en la radio”
El sindiós catalán
Eliodoro de la Torre, el más vasco entre los vascos
Las repúblicas taifas
El general inflación
Bombardeando pasta
Los operadores económicos desconectados
El tema impositivo (y la recapitulación)

 

El gobierno del Frente Popular que se consolidó con la guerra fue un verdadero gobierno Frankenstein. Allí convivían diversas sensibilidades, en ocasiones antagónicas, que además se repartían el gobierno por parcelas de poder, no por ámbitos de actuación. Esto quiere decir que los ministros no eran escogidos por ser la persona adecuada para dirigir tal o cual política; eran nombrados porque los designaba su formación política o sindical en el marco de una cuota previamente adjudicada. La estructura de gobierno republicana, por lo demás, comenzó a ser objeto de un proceso fuertemente centrífugo, en el que algunas autonomías, y en general los cuerpos seudo representativos que habían sido creados con la presencia de organizaciones obreras, se fueron haciendo con cuotas de poder propias, vaciando con ello el contenido del poder central, que acabaría por ceder incluso la emisión de moneda.

miércoles, septiembre 24, 2025

GCEconomics (9) Dos modelos enfrentados




Una política cuestionable
Peseta grande, ande o no ande
Secos de crédito
Conspiradores
Las cábalas de Mussolini
March
Portugal
Los sueños imposibles del doctor Negrín
Dos modelos enfrentados
Dos bandos, dos modelos
La polémica interminable sobre la eficiencia del gasto bélico
Rosario de ventas
De lo necesario, y de lo legal
¿Y si Putin tiene una colección de monedas de puta madre?
La guerra del dinero
Echa el freno, Madaleno
Un mundo sin bancos
“Escuchado en la radio”
El sindiós catalán
Eliodoro de la Torre, el más vasco entre los vascos
Las repúblicas taifas
El general inflación
Bombardeando pasta
Los operadores económicos desconectados
El tema impositivo (y la recapitulación)

 

 


Entre noviembre de 1936 y mayo de 1937 Negrín, como el mudo, hizo lo que pudo. Trató de racionalizar una política económica que era un puto desastre y que, las cosas como son, fue a peor. El mero dato de que, después de la guerra, el propio Negrín se llevase consigo todos los registros de cómo se había gastado el oro del Banco de España y que, a la postre, en 1956 decidiese ponerlos en manos de Franco y no de la república en el exilio (como veremos), lo dice todo del estratosférico nivel de confianza que este pre Ábalos, bastante amigo de las libaciones y las entrepiernas del sexo opuesto, tenía incluso en sus propios conmilitones de partido. Y todo esto no es sino el resultado de los pocos avances que pudo conseguir en aquel periodo tratando de que la España republicana tuviese una sola política económica, a ser posible encaminada a ganar la guerra y tal.

martes, septiembre 23, 2025

GCEconomics (8) Los sueños imposibles del doctor Negrín




Una política cuestionable
Peseta grande, ande o no ande
Secos de crédito
Conspiradores
Las cábalas de Mussolini
March
Portugal
Los sueños imposibles del doctor Negrín
Dos modelos enfrentados
Dos bandos, dos modelos
La polémica interminable sobre la eficiencia del gasto bélico
Rosario de ventas
De lo necesario, y de lo legal
¿Y si Putin tiene una colección de monedas de puta madre?
La guerra del dinero
Echa el freno, Madaleno
Un mundo sin bancos
“Escuchado en la radio”
El sindiós catalán
Eliodoro de la Torre, el más vasco entre los vascos
Las repúblicas taifas
El general inflación
Bombardeando pasta
Los operadores económicos desconectados
El tema impositivo (y la recapitulación)

 

Evidentemente, la primera consecuencia del 18 de julio fue que el mercado español, tal y como se conocía hasta el momento, desapareció. El resultado del alzamiento fue el peor desde el punto de vista de la economía. Ninguno de los dos bandos había conseguido imponerse al otro, lo cual tendría como consecuencia que lo que todos, en ambos bandos, habían creído sería una situación de inestabilidad de unos pocos días, acabaría por durar tres años. Tres años durante los cuales se crearon dos sistemas económicos sin vínculos entre ellos, y con presupuestos prácticos totalmente diferentes.

lunes, septiembre 22, 2025

GCEconomics (7): Portugal




Una política cuestionable
Peseta grande, ande o no ande
Secos de crédito
Conspiradores
Las cábalas de Mussolini
March
Portugal
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Dos modelos enfrentados
Dos bandos, dos modelos
La polémica interminable sobre la eficiencia del gasto bélico
Rosario de ventas
De lo necesario, y de lo legal
¿Y si Putin tiene una colección de monedas de puta madre?
La guerra del dinero
Echa el freno, Madaleno
Un mundo sin bancos
“Escuchado en la radio”
El sindiós catalán
Eliodoro de la Torre, el más vasco entre los vascos
Las repúblicas taifas
El general inflación
Bombardeando pasta
Los operadores económicos desconectados
El tema impositivo (y la recapitulación)

 



March fue, sin duda, el gran financiador del bando nacional. Puso en manos de Mola una cartera de valores que no debía de bajar de los 600 millones de pesetas. Se la informó poco después de empezada la guerra en presencia del coronel de Estado Mayor Federico Montaner, quien, aparentemente, fue el muñidor de los temas financieros del golpe. No está claro, cuando menos para mí, la naturaleza de la entrega. Porque lo que sabemos es que March entregó una lista de valores que poseía, no los valores en sí. Así pues, no fue tanto dar el dinero, como demostrar que lo tenía, y que lo podía dar.

viernes, septiembre 19, 2025

GCEconomics (6) March




Una política cuestionable
Peseta grande, ande o no ande
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Las cábalas de Mussolini
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Portugal
Los sueños imposibles del doctor Negrín
Dos modelos enfrentados
Dos bandos, dos modelos
La polémica interminable sobre la eficiencia del gasto bélico
Rosario de ventas
De lo necesario, y de lo legal
¿Y si Putin tiene una colección de monedas de puta madre?
La guerra del dinero
Echa el freno, Madaleno
Un mundo sin bancos
“Escuchado en la radio”
El sindiós catalán
Eliodoro de la Torre, el más vasco entre los vascos
Las repúblicas taifas
El general inflación
Bombardeando pasta
Los operadores económicos desconectados
El tema impositivo (y la recapitulación)

 



Regresando al tema central de estas notas, que son los aspectos económicos, de los escritos de Mola y las memorias de quienes trabajaron codo con codo con él no se deduce que en el complejo entramado golpista del que se responsabilizó reservase mucho espacio a los temas económicos. Esto tiene su lógica, pues Mola no estaba pensando en una guerra, sino en un movimiento de apenas unos días. Veía a la república tan podrida que, de alguna manera, esperaba de ella una especie de colapso marxista bajo el peso de sus contradicciones.

jueves, septiembre 18, 2025

GCEconomics (5): Las cábalas de Mussolini




Una política cuestionable
Peseta grande, ande o no ande
Secos de crédito
Conspiradores
Las cábalas de Mussolini
March
Portugal
Los sueños imposibles del doctor Negrín
Dos modelos enfrentados
Dos bandos, dos modelos
La polémica interminable sobre la eficiencia del gasto bélico
Rosario de ventas
De lo necesario, y de lo legal
¿Y si Putin tiene una colección de monedas de puta madre?
La guerra del dinero
Echa el freno, Madaleno
Un mundo sin bancos
“Escuchado en la radio”
El sindiós catalán
Eliodoro de la Torre, el más vasco entre los vascos
Las repúblicas taifas
El general inflación
Bombardeando pasta
Los operadores económicos desconectados
El tema impositivo (y la recapitulación)

 


De especial interés son los compromisos adquiridos por la parte española en el pacto de 1934; que es, sin duda, el acuerdo de ayuda italiana más sólido de todos los que se pudieron alcanzar o insinuar. Los españoles se comprometían a derribar el régimen republicano, a colocar una monarquía tradicional en su lugar, a firmar un acuerdo de amistad con Italia y a, en caso de conflagración en el Mediterráneo, a denunciar el acuerdo vigente entre la II República y Francia. A estos datos hay que añadir una curiosa frase de Mussolini, introducida por éste en el acta oficial de la reunión (se redactó otra paralela secreta donde se detallaban de verdad las cosas). En este acta, el Duce decía: “cuando me comprometo a ayudar, ayudo de verdad, como ya saben los austríacos”. Esta frase sirve para que nos demos cuenta de hasta qué punto, lo que para nosotros, y sobre todo para los historiadores superficiales, era una mera discusión que empezaba y terminaba en España, para Mussolini era una carambola geopolítica. Mussolini, como sabemos bien, no honró sus compromisos con Austria cuando Hitler quiso, de verdad, impulsar la Anchluss. Y no lo hizo, como de nuevo piensan los historiadores de todo a cien, porque siendo fascista tuviese fidelidad al fascismo tedesco. Lo hizo porque para Mussolini el compromiso con Austria nunca fue un compromiso; exactamente igual que el compromiso con los golpistas españoles tampoco lo fue. Lo que buscaba Mussolini era naciones que le debiesen favores para poder hacerse grande ante Francia e Inglaterra; dos países que, en ese momento, y esto es algo crucial para entender lo que pasó y lo que no pasó en 1936, ni modo estaban resignándose a hacer la guerra contra Italia; buscaban aliarse con ella. El gran objetivo geopolítico de Mussolini era ser el rey del Mediterráneo; y si no cuajó un eje Roma-Londres, no fue por la ideología y la defensa de la democracia y esas pamemas. Fue porque Reino Unido no se avino a ceder sus posiciones en el Mare Nostrum, dejó claro que no abandonaría Gibraltar (tal claro lo tenía que todavía no lo ha hecho), ni Chipre, ni Grecia. En esas circunstancias, lo que Mussolini no quería era una España republicana profrancesa que le provocase problemas en su patio marítimo trasero: el eje Baleares-costa argelina. La connivencia ideológica no tuvo nada que ver, porque cuando un presidente del gobierno entra en La Moncloa, sus convicciones morales y políticas salen por la ventana. En todos los casos, salvo que se presida una nación que sea un rozamiento geopolitico despreciable, tipo Mújica y tal.